Los profesionales de las diferentes ramas sanitarias trabajamos no sólo coordinados, si no como una unidad, aportando cada uno su conocimiento y trabajo para conseguir unos objetivos de tratamiento comunes, unos objetivos funcionales y prácticos que devuelvan a la persona y su entorno a una situación lo más normalizada posible.
Organizamos los objetivos sobre el eje principal de las actividades y la participación de la persona en las mismas; y establecemos la relación e influencia del resto de factores en estas actividades.
Este planteamiento nos permite conocer las aportaciones de las distintas disciplinas, de la interacción de los distintos profesionales, del compartir información, conocimientos, habilidades. Junto con la coordinación de todo ello, surge la transdisciplinariedad.